El último Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) revela una vez más la enorme brecha entre lo que reciben los productores por sus alimentos y lo que finalmente abonan los consumidores en los mercados.
En julio, el IPOD general se situó en 3,79, lo que significa que los alimentos multiplicaron casi por cuatro su precio desde el campo hasta la mesa.
Los más inflados
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El repollo fue el producto con mayor diferencia: su precio se disparó un 929% del campo al punto de venta.
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La cebolla (653%), la lechuga (595%) y la zanahoria (519%) también figuran entre los más inflados.
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En frutas, destacan la ciruela (573%) y el albaricoque (444%).
La carne tampoco se libra
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El cordero multiplicó su precio por más de cuatro (428%).
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El conejo (344%) y el cerdo (349%) muestran márgenes igualmente desproporcionados.
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La ternera de primera registró un incremento del 337% entre origen y destino.
Otros productos básicos
El aceite de oliva virgen extra, emblema de la dieta mediterránea, llegó a los lineales con un margen del 148%, mientras que la leche de vaca casi duplicó su valor (de 0,48 €/kg en origen a 0,92 €/kg en destino).
Un problema estructural
Los datos confirman que la distorsión es especialmente acusada en frutas y hortalizas, con un IPOD agrícola de 4,05, frente al 2,89 registrado en la ganadería.
El informe vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre los márgenes en la cadena alimentaria: mientras agricultores y ganaderos denuncian precios que apenas cubren costes, los consumidores pagan cifras muy superiores en el mercado.





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